La que me guía, la que me sigue, la que me da fuerzas para seguir y otras veces me las quita para no tropezar. La que sabe por qué lugar llevarme. La que mejor me entiende, la que sabe cuándo pararme. Tú, de marrón, azul o blanco. La que me levanta, la que me empuja, la que me llora y, a veces, me sonríe. Mi confidente, mi compañera. La Reina de mi casa. La que aquí manda. La primera y la última, si me apuras incluso la de en medio. La que en una mirada esconde los secretos, las confesiones y los deseos. La de mi ilusión y mi esperanza. El sábado cumpliste 28 años y hoy, como todos los días, es el tuyo. Hoy tus ojos brillan con mayor fuerza, se te escapa una leve sonrisa. El mayor orgullo sigue siendo llevar tu nombre. Felicidades, Carmen.
Foto: Fco Santana. Nuestra Señora del Carmen en el día de su onomástica.
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