Sonreír. Ampararse bajo un escudo a los ojos de la gente. Sonreír, fingir que aquí no ha pasado nada, mientras el subconsciente te delata y dejas, a veces, de hacer lo que siempre haces, regalar tu sonrisa. Y, entonces aquí, alguien que realmente te conoce ya te ha pillado. Has perdido. Sonreír ante ti, una de mis mayores aficiones que, en ocasiones, se me antoja difícil, bastante complicado. Sonreír a tus ojos y llorarle a mi almohada. ¡Qué sencillo es dedicarte mi mejor sonrisa y qué difícil se hace cuando parte de mi mente empieza a frenarme! Tú, la misma persona que me hace feliz y, por contra, es capaz de lastimar sin ejercer si quiera un poco de fuerza. Dicen que es de valientes sonreír cuando el corazón llora, imagínate lo valiente que me siento, sonriendo ante ti, pensando en que jamás podré abrazarte como realmente quiero, más allá de mis sueños... Y ¿Sabes? Todavía no me arrepiento de dibujarle una sonrisa a mi careta, mientras el mundo siga creyendo que aquí, aún, no se ha caído nadie, cuando yo ya me sé el camino de ida y vuelta del suelo. Esto... esto sí que es de valientes.
jueves, 2 de agosto de 2012
Es de valientes sonreír...
Sonreír. Ampararse bajo un escudo a los ojos de la gente. Sonreír, fingir que aquí no ha pasado nada, mientras el subconsciente te delata y dejas, a veces, de hacer lo que siempre haces, regalar tu sonrisa. Y, entonces aquí, alguien que realmente te conoce ya te ha pillado. Has perdido. Sonreír ante ti, una de mis mayores aficiones que, en ocasiones, se me antoja difícil, bastante complicado. Sonreír a tus ojos y llorarle a mi almohada. ¡Qué sencillo es dedicarte mi mejor sonrisa y qué difícil se hace cuando parte de mi mente empieza a frenarme! Tú, la misma persona que me hace feliz y, por contra, es capaz de lastimar sin ejercer si quiera un poco de fuerza. Dicen que es de valientes sonreír cuando el corazón llora, imagínate lo valiente que me siento, sonriendo ante ti, pensando en que jamás podré abrazarte como realmente quiero, más allá de mis sueños... Y ¿Sabes? Todavía no me arrepiento de dibujarle una sonrisa a mi careta, mientras el mundo siga creyendo que aquí, aún, no se ha caído nadie, cuando yo ya me sé el camino de ida y vuelta del suelo. Esto... esto sí que es de valientes.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
Yo también he pasado por esto que describes y algunas veces no he podido ser tan valiente como tú y mantener la sonrisa. Siempre que sonrías valdrá la pena.
ResponderEliminar