lunes, 31 de diciembre de 2012

365 días más...


Pasan 365 días y es hora de hacer balance, de mirar hacia atrás y contemplar lo pasado. 365 días, con sus respectivas noches llenas de lecciones, de alegrías, de amargura, de razones para reír y alguna que otra para llorar.
365 días en los que he aprendido a esperarte, sobre todo a eso. He aprendido a querer, aún más a quienes se levantan cada día a mi lado, al fin y al cabo, son los que siempre estarán. He aprendido a que los buenos no siempre desarrollan este papel y que los malos… Los malos son los culpables, a veces, de algunas de tus alegrías. He aprendido a luchar por lo que quiero, por lo que de cerca me toca y que nadie va a cambiar esta idea. He aprendido que alguien puede aparecer, de pronto y sin esperarlo, en tu vida y conocerte con solo una mirada. He aprendido de las rachas malas que, como la tormenta, siempre pasa. Te intentarán pisar y, lo conseguirán si te dejas. He recogido a muchos amigos, he perdido a los que creí tener cerca. He aprendido que no hay nada serio que no pueda decirse con una sonrisa; que la tuya es eterna. He llorado y he reído. He echado de menos y alguna vez, de más. He aprendido a que la vida está para vivirla, para disfrutarla, para soñarla y sentirla.  Descrubrí a un grupo de locos bajo un hashtag que ha formado una familia. La confianza, la sinceridad, los grandes y bonitos momentos... Unir Sevilla de norte a sur, incluyendo el Aljarafe e incluso Alicante en torno a la Esperaza. He aprendido a besarte, a abrazarte incluso en la distancia. Que lo nuestro no tiene nombre a pesar de seguir buscándolo.  Dejé de huir porque me enseñaron a aguantar los chaparrones en mi sitio. Correr sigue siendo de cobardes. Ahora podemos afrontar los baches de la vida de frente y, si me apuras, con una sonrisa. Me he ilusionado y he jugado como una niña. He aprendido que TODO tiene arreglo y, esta, es mucha de vuestras asignaturas pendientes. Me he desilusionado y me he caído, tan solo, para que Ella viniera a levantarme. Las lecciones que la vida regala, aunque sea a base de palos, las vamos recogiendo día a día,  año tras año y guardando en la caja de los sueños, junto a lo que nos queda por cumplir. Recuerda que lo mejor, siempre está por llegar. He aprendido que lo imposible es posible, aunque cueste casi la vida alcanzarlo. Que la felicidad tiene tu nombre y tus apellidos.  Gracias a los que se fueron, gracias a los que llegaron, pero, sobre todo, mil gracias a los que aguantaron. El camino se presenta oscuro y largo, ya estamos mentalizados pero, en tan solo 365 días, vendremos con más lecciones aprendidas y seguro que algún que otro regalo.  Otros 365 días se van y tú te quedas, sí, tú que lees esto. Este es el mayor regalo. No te lamentes por lo que hiciste ni por lo que dejaste de hacer. No llores por los que ya no están, ellos están orgullosos de ti. Tan solo un par de deberes durante estos nuevos 365 días del nuevo año: Vístete de sonrisa y dibújala en el resto y, sobre todo, que SIEMPRE te acompañe la Esperanza…  

                                                                                     ...Feliz 2013

sábado, 29 de diciembre de 2012

Mientras


Y, ¿Sabes? Mientras siga divagando en tus labios, mientras sigas parando mi tiempo, mientras el mundo pare su giro cuando llegues aquí. Mientras te mire, mientras me sonrías, mientras bromeemos, mientras te abrace. Mientras me beses. Mientras te toque, te sienta. Te respire. Mientras sigas aquí, a mi lado… o yo al tuyo. Mientras le buscamos nombre. Mientras lo llamamos “x”. Mientras sigas siendo el protagonista de la película o de aquella canción, ¿Recuerdas?. Sí, precisamente esa.  Mientras más te conozca. Mientras más sepas tú de mi.  Mientras te escuche, te hable o te sueñe. Mientas siga oliendo a ti. Mientras me vuelvas loca y yo siga amando esta ¿bendita? locura. Mientras el mundo nos tome por dementes. Mientras tu mano me conduzca al paraíso. Mientras llore y ría. Mientras suspire. ¡Ay!. Mientras me siga faltando el aire. Mientras regresas, mientras no te vayas. Mientras permanezcas. Mientras no sepamos quién es el (in)maduro de los dos. Mientras quede tu sonrisa que ya es eterna. Mientras sigas aquí, seguiré acumulando batallas perdidas.

martes, 18 de diciembre de 2012

Esperanza

Esperanza de Triana. CruzAlzada

18 de diciembre. Ya lo dijo un Grande: “el sueño de los que están despiertos”.
 Una mirada que juega a recrearse en el iris que se posa frente a frente del negro azabache. Los ojos que cautivan y dejan preso. Esclavitud y libertad.  Aquellos que toman tu mano y jamás te sueltan. La llamada. Eterna sinfonía de octosílabos perfectos que da ritmo a una ciudad entera.  La compañía. Jamás volverás a caminar solo. El impulso en el obstáculo, la cuerda que te sostiene cuando estás a punto de caerte. El apoyo que te levanta más allá de tres veces.  El fin y el principio del mundo. El arte. La emoción. La risa que baila con el llanto. El recuerdo. Historias en la memoria que retumban entre las paredes de una capilla alcanzando la confidencia de dos. Tú. Yo. El beso. Verde. Los cinco sentidos. Lágrimas y consuelo. El cielo y el suelo. Lo divino, aún más humano. Postrarte ante sus plantas justo en el momento en el que se para el mundo. Estilo de vida. Claridad marina, olor salado.  ¡Tenía tantas cosas que contarte que no supe nunca por dónde empezar! Silencios que valen mucho más que cualquier palabra. El latido del corazón, acelerado y desacelerado.  La amargura de esta eterna incertidumbre. El no saber o el saber más aún. Dolor que calmas.

Ante ti,  la inocencia de una pequeña de ojos celeste cielo. La experiencia de unas manos que asomaban testigos del paso del tiempo. El negro de la triste ausencia. La ilusión. Incluso, más allá, el desconocimiento…

Hay motivos para creer en (im)posibles, sobran razones para sonreír.  Pureza en el nombre que es centinela de un barrio entero. El lugar donde habitarás por siempre. Eterna.  Inmortal. Esperanza. 

domingo, 9 de diciembre de 2012

El sentido de mi vida y la de los míos.

Besamanos extraordinario. CREndrina
Alguien me llamaba y lleguén antes de tiempo. Recorrí media España solo para verla.  Alguien esperaba el beso que, por otro lado, yo tanto ansiaba. La espera, la amarga espera,  así, es mucho más corta. Los ojos, las manos, la tez morena, sevillana. Tú. El motivo del sacrificio, la fuerza, el ánimo. Seguir hacia delante con la cabeza alta. El apoyo en la caída, el valor para volver a levantarme. Motivos. Razones.    XXV años en Omnium Sanctorum. Hasta tres generaciones han pasado por tus manos, pequeña gran historia. Flor marrón carmelita que adorna la calle ancha de la Feria. El sentido de mi vida y la de los míos.  Carmen.

sábado, 1 de diciembre de 2012

Sevilla huele a Diciembre

Sevilla, 1 de diciembre de 2012. CREndrina
La plaza está vacía. El frío del invierno que ya se acerca besa mis mejillas. Lo noto, escalofríos. Los labios arden, gélido. Tan solo se escucha el latido de un corazón, el mío. La Inmaculada hoy brilla más que de costumbre, blanca, guardando a medias el palacio y el templo. Mezquita. La Navidad está a la vuelta de la esquina, esa misma esquina que delimita la antigua muralla del Alcázar. En la oscuridad resplandece el azul inusual. Deambular visual entre  Árabe, Gótico y Renacimiento.  Más allá se abre paso el siglo XXI. Esta noche también luces preciosa. La ciudad marca como nadie el ritmo de la llegada de la Navidad. Azul, verde, rosas y plata. Globos, gorros y bufandas. Guantes que sostendrán escritos de Oriente. Felicidad, dulzura y brillo en los ojos de una infancia que, por más que cargue años a la espalda, por más que el pelo, en muchos casos, se tiña de plateado, delata. Sevilla huele a Diciembre y, de algún modo en la ausencia,  tras el Triunfo, Sevilla sigue oliendo a ti.