miércoles, 24 de octubre de 2012

El tiempo de la palabra en la mujer


La mujer ha tomado terreno en los últimos años, cada vez más rápido, en el mundo de las cofradías. Pocos son los ámbitos que les quedan por tocar, muy pocos para demostrar que somos capaces.

Teatro Maestranza (Sevilla)
En esta semana, se elige al pregonero de la Semana Santa de nuestra ciudad y la Sevilla cofrade, por lo general, ansía el nombre de una mujer.

La mujer pregonera no está, no hay ni un solo nombre que, bajo la humilde opinión de la que escribe, englobe el perfil de lo que Sevilla merece. No es el momento, no.  Me considero defensora de la misma (sería un poco estúpido por otra parte que no lo fuera) pero, defensa no es hipocresía y mucho menos falta de sentido común.

El tiempo ha ido avanzando al compás que la mujer ha marcado hasta que esta se detuvo y el primero se la comió. Sí, esto es lo que ha pasado.  Nos hemos estancado en el camino y no somos capaces de salir del bache que, una y otra vez, nos castiga.  ¿Dónde está la mujer escritora? ¿La poeta? ¿Dónde quedó la periodista? Sí, la periodista también brilla por su ausencia, aquí tampoco estamos totalmente representadas.  El pregón es un regalo que un cofrade capacitado le hace a  Sevilla, a los cinco sentidos y la mujer, hoy, muy a mi pesar no despierta algún sentimiento en el oyente, no creo que sea capaz de emocionar en la oscuridad del teatro, cuando comienza a florecer la primavera. No está la voz que emociona, que se recuerda, que sea inconfundible.  La mujer existe, eso está claro. En algún lado estará y más pronto que tarde saldrá a la luz de la que huye hasta el día de hoy. Tiene que hacerse notar.

En definitiva, la sociedad está preparada, Sevilla está dispuesta y pide a gritos escuchar una voz dulce y femenina hablar de la Esperanza, de los rincones perfumados de un azahar que estalla poco a poco entre naranjos.   El problema radica en que el tiempo de la palabra, a la mujer se le ha escapado y es ella quien no está preparada, hoy,  para tomar y hacer suyo el atril del Teatro  Maestranza.

sábado, 20 de octubre de 2012

Esperanza de Triana


Tez morena, casi gitana. Los ojos más profundos con los que se puede mirar. Verde su nombre.  El amanecer más bonito, el brillo en la noche. El arte, la emoción. El recuerdo. Cruzar tu mirada y volver junto a esa persona. Testigo. La atención de ambos, fiel a cada súplica. Un lazo de unión. Una lágrima, y otra. Otra más. Un nuevo escalofrío. Un viaje en el tiempo. El escenario, la música. Niñez, juventud. Vejez. Aliada del poeta. La incertidumbre de no saber explicar nuestro encuentro. El muro en el que dejarse caer, la piedra que amortigua el golpe en cada caída. La brújula del capitán, la senda del navío. Ancla que guía la vida. El empujón que nos lanza justo antes de abandonar.  Definición de belleza.  Las manos gastadas a las que te aferras cada día. Madre. Pureza. Constante de Triana. Un millón de besos. La sonrisa, el olor a primavera. El sueño, la vida y la muerte. La noche eterna, siempre contigo. El rostro de la ilusión, lucha perenne. La orilla de un río, que se mece, al son que marca el reflejo de la Luna llena. La fuerza que es capaz de sacar un niño. Felicidad. El gentío y la soledad. El cálido frío. Espera.  Ante los problemas, la mayor confidente. Basta una mirada, tan solo una.  Y si algo va mal, recuerda: enfila la calle Pureza y piérdete, con Ella, en una conversación eterna…


A todos aquellos que se enamoraron de tu mirada.
A ti, que me enseñaste a quererla, más allá de donde antes lo hacía.

domingo, 14 de octubre de 2012

Días en los que te quiero aún más...


Google Images
Días en los que sonrío por el simple hecho de levantarme con noticias tuyas. Un mensaje. Soñar contigo, aún sin ti. Pasear por el paraíso, a la luz del sol que, todavía, calienta. El rincón del mundo que te ve amanecer, abrir los ojos a un nuevo día. No parar de reír contigo. No hace falta tenerte tan cerca para disfrutar de ti. De tu risa. Siéntelo, grítalo conmigo. Eternamente enamorada de tu sonrisa. Que no podamos controlar el tiempo. Los pequeños detalles marcan la diferencia. Ven, siéntate a mi lado. Dame tu mano y vamos a sonreírle al mundo, que hay días en los que te quiero aún más, por increíble que parezca…

lunes, 8 de octubre de 2012

Y si me pierdo, búscame aquí...


Sevilla, desde el Paseo Nuestra Señora de la O. Google Images
El lugar en el que la oscuridad ilumina la ciudad de los sueños. Donde yo abrazo a Morfeo y tú sonríes al nuevo día. Recreo de la Luna y del Sol. Donde te espero, con tu sonrisa. En el mejor marco para pasear de tu mano. Donde huele a cenizas y sal. Donde el suelo que piso es víctima del más cruel paso del tiempo. El pasado, el presente y el futuro. Escaleras de juegos y risas. Puerto de marineros. Orilla del paraíso, donde comienzan las seis letras que enloquecen. Triana. Donde el centinela vigila, cuida y es testigo del más bonito encuentro. El reflejo de tus ojos... Y el de tu sonrisa. Donde se ahogan los agobios y nadan los sentimientos abrazados al salvavidas de la Esperanza. El rincón más bonito de la Tierra. Y, si me pierdo, búscame aquí... Que estaré sentada, esperándote, contemplando el sueño llamado Sevilla.

lunes, 1 de octubre de 2012

Háblame


Háblame. Prométemelo. Háblame en voz baja, en silencio, en lenguaje de signos. Háblame con la boca, las manos y los ojos, con tu sonrisa.  Háblame, déjame escucharte. Háblame y dime que el amor no te ha llegado, que el tiempo pasa despacio cuando las manillas del reloj no escuchan mi corazón. Distancia. Dime que mi sonrisa libera la tuya, que el recuerdo lleva nuestros nombres. Háblame, que se aparte el aire y me rocen tus palabras. Háblame y dime qué has hecho conmigo, que cuando te vas el silencio sigue oliendo a ti. Háblame, que el mundo es mudo cuando lo haces, que el sonido se hace eterno aún en la lejanía. Háblame, cuéntame tu vida. Y la mía. Háblame, que nadie estará dispuesto a escucharte como yo lo hago, el resto de nuestras vidas…