Háblame. Prométemelo. Háblame en voz baja, en
silencio, en lenguaje de signos. Háblame con la boca, las manos y los ojos, con
tu sonrisa. Háblame, déjame escucharte. Háblame y dime que el amor no te ha
llegado, que el tiempo pasa despacio cuando las manillas del reloj no escuchan
mi corazón. Distancia. Dime que mi sonrisa libera la tuya, que el recuerdo lleva nuestros nombres. Háblame, que se aparte el aire y me rocen tus palabras. Háblame
y dime qué has hecho conmigo, que cuando te vas el silencio sigue oliendo a ti.
Háblame, que el mundo es mudo cuando lo haces, que el sonido se hace eterno aún
en la lejanía. Háblame, cuéntame tu vida. Y la mía. Háblame, que nadie estará dispuesto
a escucharte como yo lo hago, el resto de nuestras vidas…

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